A propósito de que dentro de poco comienza la Fiesta del Libro en Medellín, les comparto este reportaje que realicé sobre la promoción de la literatura en esta ciudad de Colombia, espero que lo lean y lo compartan.
El pasado 18 y 19 de mayo, el
barrio Carlos E. Restrepo acogió a la 12˚ feria popular Días del Libro la cual
tuvo por tema Las
formas de la memoria, es
la primera de Los Eventos Del Libro, proyecto realizado por la Alcaldía de
Medellín que giran alrededor de la literatura y la cultura; pero la Alcaldía no
es el único actor quien se preocupa por promover la lectura en la ciudad, también
hay distintas personas e iniciativas que buscan
que diferentes poblaciones tomen un libro y lo lean, en Medellín el municipio donde en promedio más
libros se leen en Colombia según la más reciente Encuesta de Lectura del DANE.
Medellín ha sido cuna de
reconocidos escritores como Héctor Abad Faciolince, León de Greiff, Jorge Orlando Melo; también ha
sido escenario de las historias de Jorge Franco, Fernando Vallejo, de cuentos
de Tomás Carrasquilla e incluso ha sido musa de las prosas de Gonzalo Arango: ¡Oh,
mi amada Medellín, ciudad que amo, en la que he sufrido, en la que tanto muero!
No
obstante, no basta que en una ciudad solamente se escriba, también es necesario
que sus habitantes lean, porque es por medio de la literatura y la cultura como
se consigue formar ciudadanos críticos y educados. Es por eso que distintos
agentes sociales se encargan de promover la lectura en la ciudad. Muchos de ellos lo hacen
como su principal propósito, otros indirectamente;
pero todos conscientes de la importancia que tiene leer.
Medellín tiene la palabra
El Estado tiene el deber de
promover y fomentar el acceso a la cultura de todos los colombianos en igualdad
de oportunidades, así dicta el artículo 70 de la Constitución colombiana. Por
esta razón cada municipio debe incluir dentro sus políticas, planes que tengan
como fin fomentar expresiones artísticas, educativas y científicas. En el caso
de Medellín, desde el PLCEO (Plan Ciudadano de Lectura, Escritura y Oralidad),
se busca promover el uso de la palabra, el acceso a la información y a la
oferta cultural, especialmente en las poblaciones más vulnerables.
El PCLEO, también llamado En Medellín tenemos la palabra, es una
política pública dirigida por el sistema de bibliotecas y la Alcaldía que, a
diferencia de otros planes, fue construido conjuntamente por la ciudadanía,
entidades públicas y privadas, universidades y organizaciones sociales. Es una ruta de trabajo que pretende
fortalecer las habilidades en lectura, escritura y oralidad de los ciudadanos,
integrar nuevos proyectos como Los Eventos del Libro y el refortalecimiento de
las bibliotecas públicas.
Según Luz Estella Peña, quien
lidera el Proyecto de Bibliotecas de la Alcaldía de Medellín, estas
instituciones tienen una muy importante misión para la formación de ciudadanos.
“La biblioteca pública ha jugado un papel muy fundamental en la comunidad, es
la institución más democrática y cumple un rol muy importante en el desarrollo
cultural de la sociedad”.
Además, resalta el rol que
tienen las bibliotecas dentro el PCLEO, ya que cada una adelanta actividades
junto con promotores de lectura profesionales para trabajar con distintas
poblaciones como la primera infancia, ancianos o jóvenes; también adelantan
otras iniciativas como clubes de literatura, talleres de escritura y charlas
con escritores. “Cuando nosotros
nos paramos desde un plan de lectura, ya hay un propósito de formación de
lectores y eso no es solamente una campaña. Tiene dos intenciones, desde
planear como llegamos con actividades para enamorar y acercar a la lectura,
hasta como promocionarla”.
Celebrando la lectura
Dentro del PCLEO, se planteó
la necesidad de difundir el imaginario colectivo de una ciudad lectora, es por
ello que nace los Eventos del Libro, un proyecto cuyo fin es crear espacios de
encuentro y convivencia los cuales giren alrededor del libro y la cultura. Son
tres los eventos realizados a lo largo del año: la Feria popular Días del
Libro, la cual tiene un enfoque a la difusión de temáticas locales; la Parada
Juvenil de la Lectura, dirigida a los jóvenes y que pretender redefinir la
noche; y por último la Fiesta del Libro y la Cultura, el evento principal y el
más multitudinario.
Quienes
dirigen estos proyectos literarios tienen claro que el propósito principal de
los mismos es el intercambio y el encuentro con la literatura, eso es lo que
los distingue de otras ferias. Así lo asegura Yesica Prado, coordinadora de
programación académica y artística, quien tiene bien claro el fin de los eventos:
“Lo que nos diferencia de una feria del libro convencional, es que nuestro
propósito no es vender libros; sino que estamos en el marco del Plan de lectura
de la ciudad, tenemos un objetivo más enfocado al fomento de la lectura y
escritura.”
Pero los libros no son las
únicas formas de leer, también existen las “lecturas dibujadas”, por lo menos
así lo piensa Daniel Jiménez, director del festival Entreviñetas. Este es un
evento que pretende mostrar la diversidad y el potencial que hay en materia de
novela gráfica y cómic en el país; pero que también busca reivindicar a los
relatos dibujados como formas de literatura.
“El comic hace parte del mundo de lo narrativo y puede ser parte de un
mundo del libro.” El festival también apunta a la promoción de lectura, también
a la circulación de medios artísticos alternativos, pretendiendo que la
ciudadanía se acerque más a otras formas de leer.
Yesica y Daniel destacan la
acogida que han tenido ambos eventos, atribuyen el éxito en gran parte a que
sus programaciones son abiertas y mayoritariamente gratuitas, a la diversidad
de públicos a los que quieren llegar y especialmente a las personas detrás de
cada fiesta, gente que cree en la importancia de estos espacios. Según Jonatan
Cuadros Rodríguez, coordinador de comunicaciones de Los Eventos del Libro, es
gracias a la aceptación de los eventos lo que garantiza su prolongación y
expansión: “porque sabemos que, si la ciudadanía se apropia de estos proyectos,
es muy difícil que alguien por capricho lo quiera acabar, porque cuando las
personas lo cuidan, lo valora y lo quiere, indudablemente hace que
institucionalidad continúe con ellos.”
Regalando letras a los más pequeños
Cortesía Ratón de Biblioteca |
Dentro esos agentes que se preocupan por la población de menor edad se encuentra la Fundación Ratón de biblioteca, una entidad sin ánimo de lucro que nació en la década de los 90 con el propósito de facilitar el acceso a libros y a la literatura, para promover la literatura en los niños y jóvenes, con especial enfoque a las comunidades más afectadas por la violencia urbana.
Actualmente administran 3
bibliotecas comunitarias: Villatina, en la comuna 9; El Raizal, en la comuna 3
y La Esperanza, en la comuna 6. Esta última es la biblioteca popular más vieja
de Medellín y cumple 50 años en el mes de junio. La fundación además cuenta con
el Centro de Lectura Guadalupe, ubicado en la comuna 1.
Cuentan con una
programación permanente en sus espacios: semanalmente, durante un año, realizan
talleres de promoción de lectura y escritura con las familias; trabajan con
primera infancia y madres gestantes; les enseñan a leer a niños de 9 a 13 años,
con profundización en ciencia o artes; invitan a escritores y artistas a
charlas; hacen talleres de periodismo barrial para los jóvenes y cuentan con
programas para ancianos. A pesar de
ofrecer actividades dirigidas a diferentes poblaciones, su énfasis esta en los
niños y adolescentes, ya que creen que
empezar a enseñar hábitos lectores desde muy pequeños trae beneficios
cognitivos y emocionales.
El proyecto nació a raíz de la
violencia que se sufría en los barrios de la ciudad en la década de los 80´s y
90´s por el narcotráfico. Su primer centro de lectura en Villa del Socorro tuvo
que ser cerrada por la inseguridad de la zona. Sin embargo, su lucha por llevar
la literatura a los barrios más necesitados no acaba. Sandra Zuluaga, directora
de la fundación, cree firmemente que pueden contrarrestar las adversidades por
medio de la lectura. Ellos creen que pueden ofrecerles a los chicos otras
alternativas de vida, otros imaginarios, otros sueños. “Es mostrarles a los
niños que pueden ser escritores, que por medio de la literatura pueden
estudiar, es como abrirle la puerta al mundo. Es enseñarles que tienen muchas
opciones para salir adelante.”
Todos somos promotores
En la charla Los escritores tienen la palabra, tres
ganadores de becas y estímulos para la escritura de la Alcaldía conversaron
sobre la importancia de las convocatorias y apoyos que ofrecen las entidades
públicas para fomentar a las personas a contar sus propias historias. En la
charla estuvieron presentes Cristian Romero, autor de literatura de ciencia
ficción; Juan David Pascuales, dramaturgo, escritor y comediante; y Marcela
Velásquez, autora de literatura infantil. Esta variada gama entre géneros y
temáticas muestra que existe apoyo a la escritura, sin importar su tipo.
De
Izquierda a derecha: Juan David Pascuales, Cristian Romero, Marcela Velásquez y
Guillermo Cardona. Cortesía de Fiestas del libro
|
Marcela Velásquez fue ganadora
de premio de Literatura Infantil y Juvenil El Barco de Vapor-Biblioteca Luis
Ángel Arango con su libro “Se resfriaron los sapos”, también es profesora de la
Universidad de Antioquia en el Diplomado de Literacidad crítica. Ella piensa
que, desde su labor como docente, puede promover más la literatura que como
escritora, puesto a que siempre trae a clase una noticia, una crónica, unas
palabras para leer con sus estudiantes.
También resalta que, a dedicarse a un público pequeño, debe pensar aún
más como hacer atractivas sus historias para que a los niños no solo les guste,
sino que también lleguen a los libros.
Mientras tanto, Juan David y
Cristian creen que desde su cotidianidad fomentan la literatura a las personas
que los rodean ya que constantemente les recomiendan libros, series y películas
a sus cercanos, considerando también a los medios audiovisuales como narrativas
que también pueden llevar a la reflexión como lo hacen los formatos
escritos.
Sin embargo, saben que el trabajo de promotor de lectura es
laborioso, tan solo se dieron cuenta de ello al momento de participar con las
bibliotecas públicas en talleres y charlas. Cristian Romero resume todo lo que
aprendió de la promoción de lectura: “el trabajo de promotor de lectura es un
trabajo muy bonito y a la vez muy duro al darse cuenta que los procesos no
avanzan; pero uno va viendo que hay gente que sí se queda con esa semilla, que
los procesos de lectura se van consolidando y surtiendo efecto”. Los escritores, a pesar de ser parte del
proceso literario, se perciben más como promotores en sus diferentes labores
diarias.
Con estos ejemplos, se medita sobre quienes
pueden fomentar la literatura, y al ver que existen diversos agentes sociales
que trabajan por ello, cada uno desde distintos espacios y metodologías,
incluso con diferentes concepciones sobre la lectura, se puede deducir que lo más
importante son las ganas para inculcar el amor por los libros y mostrar lo
maravilloso que es leer.
Hola
ResponderEliminarPues ya estaba enamorada de Medellín y aunque legalmente soy Antioqueña, hace bastante tiempo que solo voy durante vacaciones, sin duda un logro más para aplaudir y muero de envidia que medellín se tome todo este trabajo, lastima que donde vivo no se visibilice ni se le de importancia a estos espacios culturales.
Saludos
Ataque Friki